SU SALUD LES IMPORTA UN 3,1416

Donde “su” es usted, o sea, nosotros, y 3,1416 la relación entre la longitud de una circunferencia y su diámetro, π (pi).

Como saben, el próximo día 9 de mayo finaliza el estado de alarma, seis meses después de ser puesto en marcha. Dicha medida legislativa es la que establece el marco de medidas restrictivas de horarios y movimientos para toda España con carácter general y ampara las decisiones particulares con que las autonomías se mueven y legislan en ese ámbito. Pues bien, ¿concluido ese período se va a renovar el estado de alarma? ¿Sin dicho instrumento legal pueden el Estado o las autonomías establecer cierres o confinamientos?

El día 6 de este mes de abril, el Presidente del Gobierno descendía sobre los españoles anunciando que a finales de verano, una parte sustancial de la población estaría vacunada (entiéndase: y, por tanto, inmunizada ella y vencido el virus en lo sustancial) y que la situación en los meses próximos quedaba en manos de las comunidades autónomas. Sobre la prórroga del estado de alarma, ni una palabra.

En la comparecencia, don Pedro viene a realizar un acto de prestidigitación emocional-argumental: puesto que el virus ya va a estar vencido en el verano (seamos benevolentes y olvidemos promesas anteriores), ya lo está, viene a afirmar implícitamente, y, en consecuencia, ninguna falta hace el estado de alarma: con la capacidad legislativa de las autonomías  hay suficiente.

Ahora bien, los datos indican lo contrario: los contagios crecen y una cuarta “ola” de infecciones (probablemente menos intensa) parece ser inevitable y próxima.

Es, por otra parte, evidente para todo el mundo (partidos políticos, presidentes autonómicos no amarrados al duro banco del silencio partidario, juristas de toda condición, el Consejo de Estado e tutti quanti) que, al menos, habrá dos cosas que no puedan poner en marcha las autonomías: los cierres perimetrales de la comunidad y los toques de queda. En cuanto a las demás medidas existen dudas y opiniones contrapuestas, en todo caso, deberán pasar por el juicio de los tribunales locales y estarán sometidas al arbitrio o arbitrariedad de los mismos (¿recuerdan las sentencias contra cierres y limitaciones del tribunal de Bilbao, presidido por el juez Garrido, quien afirma que las medidas que se están tomando contra la pandemia son “medidas de la Edad Media”?).

Y no se dejen engañar. Las decisiones del Consejo Interterritorial de Salud no son de obligado cumplimiento (si es que se alcanzan acuerdos) ni crean legislación, como argumentó en su día doña Carmen Calvo cogiendo el rábano por las hojas, al hacer ver que el rechazo del Tribunal Supremo a una suspensión cautelar pedida por Vox, era la confirmación de la capacidad legislativa del  Consejo.

¿Y por qué el Gobierno no quiere volver a decretar un estado de alarma? ¿O por qué no quiso en todos estos meses establecer una nueva legislación que diese cobertura a las decisiones futuras de las comunidades autónomas, pese a que así lo acordó con Ciudadanos y PNV cuando estos dieron su apoyo en los sucesivos estados de alarma y lo vienen reclamando tantas autonomías? Parece opinión común que don Pedro y los suyos no quieren quemarse en plena “batalla de Madrid”. Tengo mis dudas de que esa sea una razón de peso. Sobre todo, porque es dudoso que ello le perjudicase más que beneficiase. Lo que yo entiendo como razón fundamental es que no quiere que en el Congreso se vea que el rey está desnudo. Le resultaría muy difícil tener hoy el voto de ERC y se le pondría muy cuesta arriba, acaso, el de Podemos. Tendría que pagar, además, numerosos peajes a otros, incluido su socio de Gobierno. Esa, creo, es la verdadera razón.

¿Llegar a un acuerdo con el PP? Al margen, de cuál fuese la postura real del PP (que se ha ofrecido, pero vaya usted a saber), la realidad sociológica y partidista le impide cruzar a la otra orilla del río, ni siquiera llegar hasta su propia vera para saludar.

En cualquier caso, nuestra salud, ya sabe, les importa un 3,1416.

¡Ah!, y, por cierto, leo en este su periódico, hoy, día 12 de abril, que “Asturias trabaja en un plan “b” para mantener las restricciones sanitarias si se levanta el estado de alarma”. Pero si ustedes buscan más atrás, en junio, septiembre y octubre de 2020, verán que el Gobiernu anunciaba a bombo y platillo que trabajaba para acelerar la tramitación de la Ley de Salud para poder declarar, en caso de ser necesario, la emergencia sanitaria. El propio don Adrián anunciaba que dicha iniciativa legislativa era una prioridad y esperaba tenerla en el plazo más breve posible, dentro del año.

¿Recuerdan ustedes aquello de “y del pobre Fernández nunca más se supo”? ¿Por qué? Tal vez porque en la aduana del Gobierno central pusieron un cierre perimetral.

Xuan Xosé Sánchez Vicente

(Asoleyóse en La Nueva España, el 17/04/2021